Mejillón: ¿Conoces el marisco filtrador que vive en aguas saladas y profundas?

El mejillón, un bivalvo de la familia Mytilidae, es un habitante común de las costas rocosas y arenosas del mundo entero. Aunque a menudo pasa desapercibido bajo su capa de concha dura, este pequeño molusco juega un papel crucial en los ecosistemas marinos. Desde su posición fija, el mejillón filtra grandes cantidades de agua, eliminando partículas en suspensión y contribuyendo a la limpieza del entorno acuático.

Morfología y fisiología:

El mejillón posee una concha bivalva asimétrica, compuesta por dos valvas que se unen mediante un poderoso ligamento. La valva izquierda es generalmente más grande que la derecha, con una curvatura distintiva. Estas conchas, de color variable que puede oscilar desde grises hasta azules y marrones, están compuestas principalmente de carbonato de calcio y protegen a su habitante del peligro. El interior de la concha está recubierto por una fina capa nacarada llamada “madreperla”, la cual se utiliza en joyería y ornamentación.

El cuerpo blando del mejillón presenta un pie muscular que permite su anclaje a superficies sólidas. Este pie también facilita el desplazamiento del animal durante sus primeras etapas de vida, cuando busca un lugar adecuado para establecerse permanentemente. La boca del mejillón está rodeada por cilios vibratorios, que crean corrientes de agua hacia la cavidad bucal.

Hábitat y distribución:

Los mejillones habitan en aguas saladas, tanto en zonas costeras como en profundidades considerables. Prefieren sustratos duros donde puedan adherirse firmemente, como rocas, cantos rodados, algas marinas o incluso estructuras artificiales como muelles y plataformas petrolíferas.

Su distribución global es amplia, encontrándose especies de mejillones en todos los océanos del planeta. Algunos ejemplos son el mejillón común (Mytilus edulis), presente en aguas frías del Atlántico Norte, y el mejillón verde (Perna perna), que se encuentra en las costas templadas del hemisferio sur.

Alimentación:

El mejillón es un animal filtrador, lo que significa que alimenta de partículas microscópicas suspendidas en el agua. Estas partículas incluyen:

• Fitoplancton: Algas unicelulares que realizan la fotosíntesis y son la base de la cadena alimentaria marina.
• Zooplancton: Pequeños animales acuáticos como copépodos, larvas de crustáceos y huevos de peces.
• Partículas orgánicas: Materia orgánica en descomposición proveniente de organismos muertos.

El mejillón utiliza sus cilios para crear corrientes de agua que transportan estas partículas a su boca. Las partículas se capturan por un mucus viscoso y son transportadas al estómago donde son digeridas.

Reproducción:

Los mejillones son animales dioicos, lo que significa que existen individuos macho y hembra. La reproducción ocurre principalmente durante los meses de primavera y verano, cuando las temperaturas del agua son más cálidas.

Durante la época reproductiva, los mejillones liberan gametos (esperma y óvulos) al agua a través de su sifón exhalante. La fecundación suele ser externa, con los espermatozoides fertilizando los óvulos en el agua. Las larvas resultantes, llamadas “trocóforas”, se alimentan de fitoplancton mientras flotan en la columna de agua durante un período que puede variar de días a semanas.

Finalmente, las trocóforas sufren una metamorfosis y desarrollan un pie para adherirse a un sustrato adecuado, convirtiéndose en juveniles.

Importancia ecológica:

El mejillón juega un papel crucial en los ecosistemas marinos debido a su capacidad de filtrar grandes cantidades de agua. Al eliminar partículas en suspensión, mejora la calidad del agua y proporciona un hábitat más saludable para otras especies marinas. Además, sirven como alimento para una variedad de animales, incluyendo aves marinas, peces, crustáceos y mamíferos.

Uso humano:

El mejillón es una importante fuente de alimento para humanos en muchas partes del mundo. Es rico en proteínas, vitaminas y minerales, y se puede consumir fresco, cocido, marinado o procesado en conservas. Además de su valor culinario, la concha del mejillón también tiene aplicaciones industriales, como la producción de cal, cemento y abono.

El mejillón, a pesar de su tamaño modesto y aparente sencillez, es un animal fascinante que desempeña un papel vital en la salud de nuestros océanos. Su capacidad de filtrar agua y servir como alimento para una variedad de especies lo convierte en un componente clave de los ecosistemas marinos.